El olor a porros invadía la pieza, el aire se notaba denso y los cuerpos, apiñados en el suelo unos sobre otros, formaban una alfombra humana. Los colores parecían radioactivos, lo cegaban. La pequeña habitación simulaba al mar. El movimiento de los cuerpos se contorneaban al compás de la música trance. Sus ojos rojos solo le permitían ver borrosamente la cara de
Colomba. Su mano derecha apretaba fláccidamente una botella de agua y la izquierda sostenía una pastilla de éxtasis.
Sick, se levantó, soltando lo que en sus manos, alguna vez estuvo. Sus piernas temblaban y su mirada se notaba perdida. Sus manos sudadas dejaban una estela en las paredes que tocaba, para poder guiarse y avanzar entre los cuerpos desnudos. Colomba yacía boca a bajo y de su garganta salía, roncamente, sonidos que exclamaban ayuda.
Sick la divisa, enfoca difícilmente los ojos sobre ella. Sus movimientos eran lentos, torpes, débiles. Levanta uno a uno sus pies, se tropieza, cae y se vuelve a levantar. Colomba estira su mano y cambia de posición su cuerpo. Aún bajo los efectos alucinógenos, su mirada se detiene en los labios de ella. Su sonrisa, sus movimientos, sus angulares rasgos y su largo cuello. Sick, toma su mano y con fuerza la jala acercándola a su cuerpo y despegándola de
l suelo. Una vez juntos, la vergüenza se posiciona de ellos. La lucidez los golpea, exiliándolos de aquel estado del cual fueron segundos atrás partícipes. Sus pálidas pieles toman color y de las cortinas, rompen la tela para usarla de túnica. La música se hace lejana y los latidos de sus corazones les dan otro ritmo a sus cuerpos.
Colomba estira su mano bruscamente, toma su cara de forma agresiva y lo acerca. Ella encuentra su cara con la de él hasta cierto punto. Sus narices rozan y el aliento de ambos se mezcla. Sus ojos expresaban pasión y los de él, miedo. Colomba mueve sus labios y suavemente deja escapar las palabras. Sick parece sordo, en otra dimensión. Aquella imagen le es familiar, como un deja vou. La fémina remece la cara de él inesperadamente. Esta vez, el aire de sus pulmones amplifica el sonido de su voz, gritándole. Sick descubre que ya lo había vivido.
Los ojos húmedos de Colomba, lo miran. Sick no entiende por que llora. Ella sostiene aún el rostro, pero cada vez más suave, hasta caer. Con su dedo índice recoge el agua salada que cae por su rostro y lo roza contra los labios de Sick.
La mujer gira y su pelo rizado golpea el brazo del hombre. La sala, parece tomar cada vez mas vida, más lucidez. Coloma voltea nuevamente, lo mira, detiene su paso. Cierra los ojos y abre su boca. El sonido parece estallar en el lugar, rompiendo todo a su paso, hasta los tímpanos de Sick. Él cae, su cuerpo se desploma sobre los otros, inconciente.El olor a porros invadía la pieza, el aire se notaba denso y los cuerpos, apiñados en el suelo unos sobre otros, formaban una alfombra humana. Los colores parecían radioactivos, lo cegaban. La pequeña habitación simulaba al mar. El movimiento de los cuerpos se contorneaban al compás de la música trance. Sus ojos rojos solo le permitían ver borrosamente la cara de Colomba. Su mano derecha apretaba fláccidamente una botella de agua y la izquierda sostenía una pastilla de éxtasis
Colomba. Su mano derecha apretaba fláccidamente una botella de agua y la izquierda sostenía una pastilla de éxtasis.Sick, se levantó, soltando lo que en sus manos, alguna vez estuvo. Sus piernas temblaban y su mirada se notaba perdida. Sus manos sudadas dejaban una estela en las paredes que tocaba, para poder guiarse y avanzar entre los cuerpos desnudos. Colomba yacía boca a bajo y de su garganta salía, roncamente, sonidos que exclamaban ayuda.
Sick la divisa, enfoca difícilmente los ojos sobre ella. Sus movimientos eran lentos, torpes, débiles. Levanta uno a uno sus pies, se tropieza, cae y se vuelve a levantar. Colomba estira su mano y cambia de posición su cuerpo. Aún bajo los efectos alucinógenos, su mirada se detiene en los labios de ella. Su sonrisa, sus movimientos, sus angulares rasgos y su largo cuello. Sick, toma su mano y con fuerza la jala acercándola a su cuerpo y despegándola de
l suelo. Una vez juntos, la vergüenza se posiciona de ellos. La lucidez los golpea, exiliándolos de aquel estado del cual fueron segundos atrás partícipes. Sus pálidas pieles toman color y de las cortinas, rompen la tela para usarla de túnica. La música se hace lejana y los latidos de sus corazones les dan otro ritmo a sus cuerpos.Colomba estira su mano bruscamente, toma su cara de forma agresiva y lo acerca. Ella encuentra su cara con la de él hasta cierto punto. Sus narices rozan y el aliento de ambos se mezcla. Sus ojos expresaban pasión y los de él, miedo. Colomba mueve sus labios y suavemente deja escapar las palabras. Sick parece sordo, en otra dimensión. Aquella imagen le es familiar, como un deja vou. La fémina remece la cara de él inesperadamente. Esta vez, el aire de sus pulmones amplifica el sonido de su voz, gritándole. Sick descubre que ya lo había vivido.
Los ojos húmedos de Colomba, lo miran. Sick no entiende por que llora. Ella sostiene aún el rostro, pero cada vez más suave, hasta caer. Con su dedo índice recoge el agua salada que cae por su rostro y lo roza contra los labios de Sick.
La mujer gira y su pelo rizado golpea el brazo del hombre. La sala, parece tomar cada vez mas vida, más lucidez. Coloma voltea nuevamente, lo mira, detiene su paso. Cierra los ojos y abre su boca. El sonido parece estallar en el lugar, rompiendo todo a su paso, hasta los tímpanos de Sick. Él cae, su cuerpo se desploma sobre los otros, inconciente.El olor a porros invadía la pieza, el aire se notaba denso y los cuerpos, apiñados en el suelo unos sobre otros, formaban una alfombra humana. Los colores parecían radioactivos, lo cegaban. La pequeña habitación simulaba al mar. El movimiento de los cuerpos se contorneaban al compás de la música trance. Sus ojos rojos solo le permitían ver borrosamente la cara de Colomba. Su mano derecha apretaba fláccidamente una botella de agua y la izquierda sostenía una pastilla de éxtasis

2 comentarios:
veo q cambiaste el look del blog, quedo bien :)
q pasa q ya no escribes mujer? sera q te devora el sedentarismo???? JAMAS! recuerda lo q te dije el primer dia q nos conocimos... o q hblamos x lo menos... un periodista debe hacerse un nombre desde el primer dia de su carrera...
besitos wacha, espero verte escribiendo pronto. La cosa se ha puesto dificil para todos pero no pierdas el don... cm dice mi profe de tecnicas don Camilo Marks; "escribir y leer son la unica manera de penetrar en la mente del otro".
Le Petit.
Publicar un comentario